




MINISTERIO DE INTERCESIÓN
Es un ministerio por medio del cual el Señor activa la revelación.
No es para tener una vivencia personal diaria, sino para desarrollar la revelación; porque Dios tiene un plan de revelación progresiva para su Iglesia. Así permitimos que Dios se manifieste según la dispensación de los tiempos.
El mecanismo inicial que Dios usa para capacitar al creyente en la Intercesión Profética es la adoración, o sea, reconocer primero nuestra posición en lugares celestiales, con Cristo Jesús, como lo expresa claramente Efesios 2:6.
En la adoración el hombre sube a la presencia de Dios, se queda allí, disfruta de esta maravillosa presencia, gusta de este don celestial, y siente, percibe el corazón de Dios y baja a la tierra a pararse en la brecha a favor de otros, como lo demanda el Señor en Ez.22:30.
De esta manera el creyente ya puede articular espontánea y directamente palabras dadas por el Espíritu Santo en la lengua que conocemos; son palabras que antes no habíamos pensado hablar; son articulaciones y pensamientos suplidos por el Espíritu Santo y hablados para la edificación y beneficio espiritual de otros.
En la Intercesión Profética no clamamos por cosas o intereses personales; no hay lugar para la pena o el dolor personal.
La Intercesión Profética salvó en más de una ocasión al pueblo de Israel, un ejemplo lo tenemos en Ez. 37:1-14, donde Ezequiel en visión profética anunció la restauración de la nación y la nueva relación con Dios.
Como ya quedó expresado, comenzamos a orar las oraciones de Dios, empezamos a sentir los sentimientos de Dios y a pensar los pensamientos de Dios.
“Las oraciones poderosas deben producir palabras y obras poderosas”