




“EL NACIMIENTO DE UN NUEVO TIEMPO”
La historia de la humanidad está dividida en períodos y/o etapas que nos permiten ver la mano poderosa de Dios moviéndose en la vida del hombre.
Una etapa comprende un periodo de tiempo, a través del cual hay un cambio, una evolución, y esto no es obra de la casualidad; es Dios imprimiendo su sello de soberanía sobre todo lo que existe para llevar al hombre al cumplimiento de su propósito.
Cada día podemos disfrutar de cosas nuevas, Lamentaciones 3:23 dice que “Nuevas son cada mañana sus misericordias”; es decir, Dios permite que cada día veamos el surgimiento de muchas cosas en el mundo; y cada día, vemos también, que Dios hace nacer cosas nuevas para nuestras vidas.
Hechos 2:17 dice: Y sucederá en los últimos días -dice Dios- que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;
Este pasaje bíblico explica el fin de un periodo, y el inicio de un nuevo tiempo, en donde el Espíritu Santo inundará a toda carne; jóvenes y ancianos serán llenos del poder de Dios.
Al hablar del “final de los días”, del gr. Dias; hemero; se define como un período o edad. O sea, el fin de un período es el lapso entre el atardecer y la noche. Entonces Hechos 2, narra el fin de un período y el inicio de un nuevo tiempo, en donde el Espíritu Santo llenaría la vida de muchos; y si Él es la fuente de poder y es lo que produce movimiento en el Reino de Dios, entonces, ahora, en este nuevo tiempo, va a introducirse en el hombre y lo va a comenzar a mover en la unción y el poder; y lo que mueve el Reino de Dios, empezará a movernos a nosotros a hacer cosas por encima de lo ordinario, lo humano o lo racional.
El Espíritu de Dios no vino únicamente para causar emociones y sensaciones temporales; sino para darnos poder y autoridad por sobre toda potestad de las tinieblas, y para hacer que el Reino de nuestro Dios avance sobre la tierra y podamos ver una sociedad transformada.
¡SÉ LLENO DEL PODER DE DIOS EN EL NOMBRE DE JESÚS, RECÍBELO!
Apóstol Miguel Ángel Martínez